Regocijo en Abba

[Bruno Gómez]

¿Qué me dicen el val de estrellas en la noche? ¿Qué me dicen la expansión de noche? Qué cuentan la eterna gloria de Dios Padre. ¿Qué verdad me revela el amanecer y el atardecer, la suave brisa, las nubes en retratos de postales, la majestad de los arboles? Que como son el firmamento, “anuncian la obras eternas de las manos de Dios”.

Hay un matrimonio en los cielos, ¿lo hemos percibido? Es el sol y la luna. La luna como la hembra, nos da su suave y tenue luz en las vigilias de la noche. Ella, en el amanecer, se esconde como cual esposa amada respetuosa. Sale el esposo, el gran gigante, feliz por un nuevo día a recorrer el camino porque de un extremo de la tierra hacia el otro es su recorrido, nadie se podrá esconder de su potente luz calurosa. Como el sol, de Dios jamás podemos escapar. El sol nos cambia, nos alivia, así es Abba También.

¿A qué compararé el testimonio de Abba? Con el sol. El sol es fijo, no cambia jamás. El testimonio de Abba es establecidamente eterno y fiel. Cambia al alma más distraída, abatida y carnal en la persona más amorosa de la tierra, al más humilde sencillo lo hace sabio. Conforme a sus mandamientos rectos andaré alegre de corazón en el día a día, alumbras los ojos porque son preceptos puros. Deseables más que el oro mismo refinado que posamos conseguir en esta vida en la carne. Sus testimonios, sus mandamientos son como la dulce miel porque alegran el alma para que viva una vida alegre, con sentido y de la apreciación de todo lo bueno, lindo y verdadero.

En los mandamientos de Abba me regocijo porque humildemente con ellos soy amonestado para vivir la vida aprobada delante de Dios de donde defenderá el buen galardón, los bienes reales del cielo.

El mandamiento es el amor. Donde hay amor, no hay temor. Si Abba nos amó primero, ¿Por qué hemos nosotros de desechar “la fuerza más vital de todo el universo? Amemos cada día a nuestro semejante como a nosotros mismos, no dejemos que crezca en nuestro ser el odio ni el rencor. De verdad si a Dios amamos con el alma y a nuestro prójimo, un caudal de bendiciones veremos caer, el disfrute de los verdaderos bienes del cielo.

De las malas soberbias Abba nos sabrá librar si de verdad dejamos que su santo Espíritu que Mora en nosotros nos guie hacia los altos niveles espirituales donde está la morada eterna del amor, donde la riña jamás ha sido conocida. Entonces seremos íntegros como el rocío de la mañana que nunca falla, estaremos libres de todo proceder maligno.

Sea hallada nuestra boca limpia. De la abundancia de nuestro corazón hable ella el lenguaje puro de la verdad. Que refleje paz, gozo y regocijo en el espíritu santo.

Nuestro corazón interior tendrá que ser limpio para que sea grata nuestra meditación. Limpio de aquellas ideas indecorosas que contristan el espíritu y pudren más el alma en busca de Dios. Librémonos de actitudes hipócritas, envidia, chismes y celos. Más, iluminemos el corazón con la sabiduría del Amor de Abba, amor sano y limpio, aquel amor que nunca pereze porque el amor nunca fallará.

[Thomas Sanchez Mateos]

Hermano Bruno!!

Tú gran devoción es sanamente contagiosa

El regreso ha la letra inteligente llena de amor y libertad impregnada de sabia verdadera nos hará siempre dignos y fieles seguidores para la candidatura a la eternidad.El intelecto nos sensibiliza y la relación íntima del ser con el verbo en la imprenta es necesariamente un grado esencial y importante para una elevación duradera de la educación personal.

Que la Paz de Cristo Miguel siga creciendo en los corazones y mentes en la faz de Urantia

Tresinseparablesonsiete

Gloria Abba!!

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